Castilla-La Mancha es una de las zonas vitivinícolas más idóneas pero también menos conocidas de España, con viñas de más de 100 años plantadas en plantones que crecen en una meseta entre 900 y 1200 metros sobre el nivel del mar.

La densidad es muy baja, los rendimientos por hectárea muy bajos, la calidad muy alta.

Aquí es donde se encuentra Finca Fella, un mosaico de unas 1400 hectáreas de viñedos.

El proyecto Finca Fella nace en un territorio único en la zona más alta de la comarca de Almansa a pocos kilómetros de Albacete, donde crecen fuertes y vigorosas variedades como la Monastrell y la Garnacha Tintorera, demostrando adaptarse a la perfección a este terroir con un clima ideal para el cultivo de la vid: veranos cortos, calurosos pero muy secos y descenso rápido de la temperatura cerca de los meses de otoño.

Una zona con grandes excursiones que finalizan entre el día y la noche, y donde raramente llueve y por tanto donde también es posible hacer marchitez en la planta.

Un territorio con un potencial productivo muy alto.

astilla-La Mancha es una de las zonas vitivinícolas más idóneas pero también menos conocidas de España, con viñas de más de 100 años plantadas en plantones que crecen en una meseta entre 900 y 1200 metros sobre el nivel del mar. La densidad es muy baja, los rendimientos por hectárea muy bajos, la calidad muy alta. Aquí se encuentra Finca Fella, un mosaico de unas 1400 hectáreas de viñedos,